“Lo duro de emprender no es tener un producto o servicio innovador,
sino luchar contra uno mismo"
Elkin Cifuentes
Sequoia Space:
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Fabricar satélites y tener la posibilidad de lanzar al espacio es el negocio con el que cuatro ingenieros quieren marcar un hito en el sector aeroespacial latinoamericano. Sin hacer muchos análisis del riesgo, se lanzaron a una industria desconocida y hacen cálculos de ventas de $ 36.000 millones anuales en el corto plazo Todos tenemos la idea del millón de dólares en la cabeza; lo difícil es vendérsela al mercado con éxito.
De ahí que el emprendimiento sea más que crear un producto único y novedoso”. Así piensa Iván Luna, ingeniero electrónico de la Universidad
Distrital Francisco José de Caldas, quien a
sus 27 años ya sabía que quería fabricar y
poner en órbita satélites aeroespaciales.
Tenía una de esas ideas que casi nadie secundaría, pero, para su fortuna, conoció a
Elkin Cifuentes, un ingeniero civil de la Universidad de los Andes, tan avezado como
él. No tenían ni un peso para arrancar, así
que se las ingeniaron para conseguir el capital. En el 2007 lograron constituirse como
los representantes para Latinoamérica de la
compañía Pumpkin Inc., de San Francisco,
que fabrica partes para satélites. Vendiendo
estas piezas fueron acumulando el capital
para desarrollar sus propios productos y en
el 2009 ya tenían la base para consolidar el
negocio de sus sueños: Sequoia Space.
Al poco tiempo de iniciar, se les unieron Andrés Alfonso y Carlos Suárez, ingenieros electrónicos de la Universidad Pedagógica Nacional y de la Universidad Distrital
Francisco José de Caldas, respectivamente. Así, se puso
en firme este ambicioso modelo de emprendimiento que
se concentra en el desarrollo aeroespacial de satélites
pequeños (pico y nano-satélites). Además, tiene experiencia certificada en el desarrollo de CubeSats y en la
aplicación de metodologías para el diseño y la elaboración de misiones aeroespaciales.
En pocas palabras, es una empresa que fabrica satélites, la
estación terrena que monitorea al satélite y también ofrece
el servicio de lanzamiento para poner la máquina en órbita.
Se definieron dos segmentos a los que había que apuntarle: universidades y Gobierno y defensa. A las primeras
les prestan asesoría en la fabricación y funcionamiento de
satélites para que puedan obtener información sobre el
comportamiento en el exterior de la Tierra, tomar fotos o
hacer experimentos de biología (ej. cómo se comportaría
una bacteria en el espacio). En el segundo caso, los satélites se usan para obtener información sobre límites geográficos, meteorología y para ejercer acciones de vigilancia,
así como todas las variables que un gobierno determine.
“Nos enseñaron a quedarnos en la queja:
No hay dinero, nadie me ayuda, ¿si
renuncio y no recibo salario, qué va a
pasar conmigo? Por eso, para emprender
se necesita valor”, Elkin Cifuentes.
Con los pies en la tierra
Según Elkin, “lo duro de emprender no es tener un producto o servicio innovador, sino luchar contra uno mismo".
Uno puede fracasar, quebrar, pero nunca desistir”, dice. Y ellos sí que pueden dar fe de eso, pues los primeros años de venta han sido fluctuantes.
“Para que un emprendimiento funcione es
clave reconocer lo que uno no sabe hacer.
Nosotros, por ejemplo, somos ingenieros y no
sabemos facturar ni vender. Por eso, debemos
asesorarnos y aprender. En este punto es don
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de muchos naufragan, pues, aunque tienen un
producto o idea novedosa, no saben cómo en
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frentarse a los negocios”, agrega.
En un mundo en el que todo está casi he
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cho, la innovación parecería una utopía; sin
embargo, el que tiene mente de emprendedor sabe que siempre hay mercados vírgenes
y nuevas formas de hacer las cosas.
Sequoia
Space es uno de esos casos.
“Somos la única empresa que desarrolla satélites pequeños en Latinoamérica.
Estos van
desde 1 kg hasta 18 kg, mientras que en las
compañías más famosas del mundo los de
menor tamaño son de 50 kg. A esto se suma
que somos los únicos que entregamos el paquete de misión completa (satélite, estación
terrena y lanzamiento) en la región”, explica
Iván. Así que, con este modelo de emprendimiento, Sequoia Space hoy hace parte del
selecto grupo de las ocho empresas que ofrecen estos productos y servicios en el mundo.
Además, han abierto las puertas a futuras negociaciones con la NASA, pues Peter
Warden, director del centro AMES de esta
organización (California), al conocer su tra
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bajo dijo: “no solo la tecnología que se está
desarrollando es tan avanzada como la de
Silicon Valley, sino que el modelo de negocio es mejor”. De ahí, que hoy exista la posibilidad de que la NASA compre y utilice
su sistema
Space For You.
Este es un producto hecho para niños y
jóvenes que les permite acercarse a la ciencia y a la tecnología.
Se trata de un kit completo de piezas para que puedan armar su
propio satélite, el cual se lanza a través de
un globo aerostático y llega a una altura de
30 o 35 km de la Tierra, desde donde se
puede ver su curvatura.
Gracias a esa visión aguda para los negocios, hoy comercializan su oferta en Chile,
Ecuador, Perú y Colombia y han logrado sacar productos altamente segmentados. Por
ejemplo, tienen una tarjeta de desarrollo
electrónica, que viene equipada con sensores, GPS y que se le vende a todo aquel
que está aprendiendo a fabricar satélites y
desea ahorrar tiempo en la curva de aprendizaje, así como al fabricador experto que
necesita comprar partes ya elaboradas.
Con estas propuestas innovadoras, este
equipo quiere rendirle culto a su nombre,
que hace referencia al árbol más grande
y antiguo del mundo. “Sequoia nos representa porque queremos ser una empresa
sólida, longeva y viva”, concluyen estos
emprendedores.
Fuente: Innpulsa Colombia
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