jueves, 25 de abril de 2013


Lo que en un inicio parecía una adversidad, para Jonathan Tarud, CEO de esta empresa, se convirtió en un emprendimiento basado en el desarrollo de aplicaciones móviles y web. Ya Facebook ha adquirido ideas del barranquillero y el blog de tecnología TechCrunch ha destacado uno de sus desarrollos.



Jonathan Tarud, ingeniero espacial, comenzó con éxito su vida laboral en el programa del 787 de la Boeing. Sin embargo, por temas de visado, debía dejar su trabajo en este fabricante de aviones. “En esa época se abrieron 65.000 cupos para visas de trabajo y hubo 130.000 aplicaciones. De Boeing aplicamos ocho y solo cuatro la obtuvieron”. Por esta razón, su única opción fue hacer maletas y regresar desde Seattle a Colombia. 

La experiencia adquirida en Estados Unidos, tanto en la Boeing como en las comunidades de startups (empresas con modelos de negocio escalables, reproducibles y que generen valor extraordinario) de Seattle, le ayudó a impulsar esa pasión que tenía por la creación de productos web. 

Pasión que se convirtió en el motor que más tarde lo llevaría a crear su propio emprendimiento: Koombea, que en el diccionario de los Apple–Mac es la transcripción fonética de cumbia y que, además, hace honor a Barranquilla, ciudad natal de este joven de 28 años. 

Koombea realiza desarrollos para aplicaciones web y móviles para iPhone, iPad y Android. Para lograrlo, cuenta con tres equipos: diseño, desarrollo e interacción con el usuario final. 

Los ahorros de Jonathan y su familia fueron los pilares de este nuevo emprendimiento. Por un lado, el dinero ganado en Estados Unidos le sirvió para pagar las primeras nó-minas, construir las bases de datos iniciales y adquirir unos computadores, que pagó a cuotas. Por otro lado, su padre le prestó unas 
oficinas donde la naciente empresa operó por cerca de un año.

Desde el comienzo, Koombea se propuso trabajar con una tecnología llamada Ruby on Rails, que utiliza menos códigos que otras y tiene un mínimo de configuración. Esta fue su primera gran apuesta, pues en esa época era un marco de trabajo muy joven que no estaba validando en el mercado. “Los clientes se ponían nerviosos cuando se las presentábamos y muchos desistieron de trabajar con nosotros; pero nos mantuvimos firmes y ahora, cuando uno les habla de Ruby on Rails, la identifican 
de inmediato”, dice este emprendedor. 


En las grandes ligas 

En el 2007, tras seis meses de haber puesto en marcha el emprendimiento, Tarud consiguió su primer cliente: 3jam.com, ubicado en Estados Unidos. Este tenía un sistema diseñado para triangular mensajes de texto (SMS).


“Lo que pasaba antes era que si, por ejemplo, una persona quería ir a cine y le enviaba un mensaje de texto a otras dos para invitarlas, cada una de ellas lo veía, pero no tenía la posibilidad de saber a quién más le había llegado ni de respondérselo a todos”, explica Jonathan. 

Lo que hizo Koombea fue crear una aplicación web con la que se pueden mantener conversaciones entre tres personas a través de los dispositivos móviles y también de la página web de 3jam; es decir, tener una conversación en el computador y luego pasarla al móvil sin ningún problema. Todo esto en una época en la que no existían todavía los smartphones, por lo que el trabajo de Koombea disparó el 
uso de la plataforma de 3jam.com 

A este caso de éxito se suman otros como el de Spool, una aplicación móvil que permite gestionar información en redes sociales. De acuerdo con el perfil del usuario, le sugiere información que pueda ser de su interés (videos, artículos, etc.). Esta empresa colombiana participó en su desarrollo y Facebook la compró en el 2012. 

También es el caso de Ane Receipt, una empresa neoyorquina que tenía un sistema para procesamiento de facturas en la web, para la que Koombea construyó la aplicación para iPhone. “Cuando la lanzamos, aparecimos en TechCrunch, uno de los blogs de tecnología más importante del mundo”, cuenta emocionado Tarud. 

A beneficio propio 

Pero el éxito de las aplicaciones no podía estar dirigido sólo a terceros. “A veces uno se enfoca en el producto para el cliente y descuida los procesos internos”, opina Tarud. 

Hacia finales del 2011, la empresa crecía a buen ritmo y ya alcanzaban los 65 empleados, pero las facturas se demoraban y los recaudos no se hacían a la velocidad esperada. Por eso, decidieron hacer un pare al crecimiento, bajarle la velocidad al negocio y, más bien, reforzar ciertas áreas internas.

Basados en lo que mejor saben hacer, desarrollaron sus propias herramientas para manejar la operación y actualmente cuentan con tres nuevos productos que han optimizado el funcionamiento a nivel interno. Uno para manejar las evaluaciones de desempeño, otro para la administración de propuestas a clientes y una aplicación para la parte administrativa. Esta última permite generar 
facturas de forma inmediata, convirtiendo un proceso de seis horas en uno de 20 minutos. En cuanto al recaudo, el sistema genera un cobro de manera automática, lo que disparó la recaudación en un 30%. 

La puesta en marcha de estos tres productos ha sido un éxito y desde agosto del 2012, Koombea 
volvió a impulsar su crecimiento, esperando finalizar este año con 90 personas en su equipo. 

Así, hoy Jonathan puede decir que sus tres pasiones su familia, Koombea y el Junior de Barranquilla marchan a ritmo de cumbia.

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Te espero en el siguiente artículo. Recuerda "Piensa en grande"
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